Siempre es importante tener niños en casa, pues además de que aprendes mucho de los ellos, siempre te recuerdan que no debes de dejar de sorprenderte todos los días de las pequeñas cosas que pasan, del aprendizaje diario, de lo positivo que puede ser un simple juego. Los “adultos” creemos que por tener “más experiencia” ya nada te sorprende o las cosas que sabes que deben pasar ya dejan de ser importantes. ¡Caray! Me siento afortunada por tener a esas dos latosas (Valeria y Zyanya) pues a cada instante me hacen recordar esto y disfrutar con ellas su crecimiento tan acelerado. Por ejemplo, hoy mi chaparra - Valería – me esperaba para darme la gran noticia de que su primer diente se había caído y que el “ratón” la visitaría por la noche para cambiárselo por dinero. Me sorprendió que muy cuidadosa puso su pequeño diente de leche en un estuche (en forma de ratón) y lo dejó debajo de su almohada muy ilusionada porque según ella ahora tendrá dientes de “verdad” y con su dinero podrá comprarse algo. Sólo siento tanto no tener una cámara a la mano para guardar este momento de esta divertida ocasión pues al morder una manzana, zas!! Le tumbó su diente y ahora tiene una “ventanita” en su carita traviesa. De la risa por su diente caído nos llevó a un abrazo cálido porque definitivamente el tiempo pasa y esta nena está creciendo y creciendo y creciendo …