¡Cuánta verdad hay aquí! La vida se encargó de enseñarme...
Conversación escuchada en el foro, junto a la escuela del maestro Filón.
- ¡Si ayer mismo juraste que me amabas! ¿Y hoy dices que amas a Hortensia? ¿Tan poca consistencia tiene tu corazón, que el amor permanece en él sólo unas horas? No te comprendo – decía una muchacha con los ojos arrasados en lágrimas a un joven con toga que permanecía impasible a su lado.
- ¡Si ayer mismo juraste que me amabas! ¿Y hoy dices que amas a Hortensia? ¿Tan poca consistencia tiene tu corazón, que el amor permanece en él sólo unas horas? No te comprendo – decía una muchacha con los ojos arrasados en lágrimas a un joven con toga que permanecía impasible a su lado.
El joven vio a un esclavo de ocho o nueve años y le hizo un gesto para que se aproximara.
- Niño, acércate a aquella fuente y tráeme agua haciendo un cuenco con tus manos. Necesito beber. A cambio de ese favor te daré unas monedas.
- ¿Quieres burlarte de mí, señor? Cuando regrese aquí ya no me quedará agua.
- ¿Lo ves, Claudia? – dijo el joven volviéndose hacia la muchacha – Hasta un mocoso como éste entiende que hay cosas imposibles de retener.
Tomado del blog de mujeres de Roma link aquí
- Niño, acércate a aquella fuente y tráeme agua haciendo un cuenco con tus manos. Necesito beber. A cambio de ese favor te daré unas monedas.
- ¿Quieres burlarte de mí, señor? Cuando regrese aquí ya no me quedará agua.
- ¿Lo ves, Claudia? – dijo el joven volviéndose hacia la muchacha – Hasta un mocoso como éste entiende que hay cosas imposibles de retener.
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