27 agosto 2010

Repasando las letras escritas: Dedicada al amor pasajero...

Ayer que te encontré en el chat, me dije “¿será realmente coincidencia?” pues no, claro que no porque yo casi nunca me conecto pues te repito no me gusta chatear, yo prefiero escuchar y ver a las personas cuando quiero hablar (aunque eso no significa que me salga bien)... Bueno, pues sin afán de seguirme engañando, no fue coincidencia, lo hice pensando en obtener ese resultado, pero luego volví a engañarme cuando escribiéndote como si nada hubiese pasado, cuando me preguntaste ¿cómo estás? Debí decir que estoy bien, pero luchando contra mis propios deseos de verte, de escucharte, de decir – “… si es cierto que ya no iba bien nuestra relación, pero preferiría seguir manteniéndola así, porque siento que me haces falta” – Pero al contrario trato de ser racional (según yo, claro!), de aguantar las ganas de llamarte, de saber de ti... Y decido mejor ir en contra de mí y no actúo; sé que de todo esto no eres tú el responsable, este es mi duelo y en este momento siento que vale la pena pagarlo, pero una de las cosas por las que a veces uno decide no decir la verdad de lo que ocurre en nuestra vida es por miedo a ser juzgados, al ¿qué dirá el otro?, ¿al qué pensará de mí?¿Me estaré humillando?¿Por qué el no me necesita escuchar o verme?¿Por qué he salido tan rápido de su vida?¿Qué estoy haciendo mal yo? Y muchas más preguntas que al pensarlas hacen sentir mal... La actitud en todo esto es lo que cuenta y una manera de sanar es precisamente hacer lo que yo creo que está bien para mí y por eso ahora decido enviarte estas líneas, aunque mi mente está en su inconsciente esperando nuevamente algo, alguna respuesta algo de tu parte (aunque esto puede no llegar) y estás en tu derecho... ¡Que lío! Pero me convenzo que esta es la vida y el valor de vivir es enfrentarse a uno mismo pues siempre vamos a ir en constantes planteamientos y uno debe crear sus propios medios para salir. ¿No? Alguien me ha dicho: - ¡¡Bienvenida al Club!! -

Si te comparto esto es porque así me nació y esta vez no me detuve a pensar si está bien o mal, sólo siento que al compartir podemos aprender juntos en esto yo, por desahogarme al no engañarme y tú por alguna otra razón ¡puede ser no lo sé! Cada uno busca sus propios medios te repito, yo por lo pronto no voy a seguir fingiendo que no me pasa nada y el decírtelo es una forma de sincerarse pues a lo que quiero llegar es a no pretender borrarte así como así de mi vida (lo más sencillo es eso, no volver a llamar, no volver a escribir y hacer como que desaparezco del planeta al fin que el mundo es tan chiquito y tan grande al mismo tiempo que lo más probable es no volver a cruzarnos en el camino), quiero cerrar este círculo bien, aceptar y estar en paz, pero sobretodo sentirme tranquila cuando cruce una palabra contigo y cuando responda a estos replanteamientos ¿cuál es la verdadera razón por la que me siento así? y ¿qué es lo que realmente quiero?.
Tampoco te espantes, prometo no estar repitiéndote esto una y otra vez ¡palabra del osito Bimbo, que no! ¡Si tú no tienes la culpa! Sólo sé que esta es mi naturaleza, mi forma de ser. No sé cuál sea el resultado después de esto, sinceramente aspiro a que sea el mejor.
Ahora me viene a la mente que la teoría es perfecta, pero la práctica si que está cañona, es decir, dan igual miles de palabras que nada de hechos. Oopss!!
Dicen que cada uno es su propio psicólogo y que la clave está en no auto-engañarse. En este momento concluyo que el éxito está en intentar, siempre intentar y dar lo mejor de nosotros mismos y con ello, aprender y aprender, así poco a poco voy logrando mi tranquilidad y paz interior pues finalmente así me comporté en el tiempo que estuve contigo, cuando fuiste mi cómplice en esto de estar juntos. Mi estado actual es mi única responsabilidad, ya no debo refugiarme, pensar que el mundo es malo no yo, o evadirme por el miedo a sufrir pues eso no es vivir, ni ser responsable.

Por último, déjame hacer una analogía: ¿Recuerdas cuando escalamos?... me dijiste: - ¡Eres una cabrona! - Cuando estaba arriba tenía un miedo enorme de soltarme pero logré vencerlo y cuando lo hice, dije: - Wuauh! ¡No era tan complicado! - Bueno pues siento que en esto de vivir, es cuestión de soltarse un poquito y ver que tampoco es tan complicado como parece, pero necesito mi tiempo para lograrlo.
¡Te mando saludos y mis mejores deseos porque tengas un excelente día! Gracias de antemano si llegaste hasta esta línea leyéndome.

Acompañé estas líneas con una gran melodía de Willie Colón en la voz del sonero mayor Héctor Lavoe "Seguiré sin Ti"