09 septiembre 2009

tsss... ya ni en mi casa puedo hacer lo que quiero.

En estos tiempos he experimentado dos extremos: El silencio total y el ruido estruendoso, en las dos formas de expresión me he sentido a gusto, pero cuando el ruido se trata de salsa brava pues la disfruto más... o bueno, eso creo.
Pero lo cierto es que ya los vecinos se quejaron, no soportan mi escándalo y me pidieron amablemente bajarle a mi radio, mi único compañero en estos tiempos que me resulta delicioso y completo, escucho música, buenos programas entretenidas entrevistas, mis nuevas adquisiciones de SALSA DURA del Perú con Julio Barreto, Marc Antohy sonidero, el estilo de la gran Teresa de Madredeus, en fin mi repertorio "remolachero" en mis noches ociosas pero le tengo que BAJAR!! tsss...

Ni hablar, sé que la contaminación es también por ruido, pero hay otros ruidos más molestos, como el interno... Antes con ruido opacaba mis ruidos internos, ya no... Ya conocí el silencio y el vacío que no llenas ni con miles de decibeles.
Muy bien, seré tolerante y respetaré el derecho de mis vecinos a su propio ruido o su propio silencio y de paso igual y ciertamente debo cuidar más mis oidos para poder seguir escuchando el radio, mi música, mi ruidoso interior, el internet y todo lo que venga.