¿Cuántas veces he leído y visto esta frase plasmada en miles de textos?
Este fin de semana fuí voluntaria para recaudar dinero y comprar comida y compartirla con niños/gente de la calle y aprendí que el esfuerzo que me toca hacer por algo siempre quiero que sea recompenzado y que los demás deberían de hacer lo mismo: pensar que los esfuerzos hechos por alguien para algo deben ser no sólo agradecidos sino recompenzandos de alguna manera.
Entendí que simplemente si das algo, lo das y punto sin juicios, sin suposiciones, sin esperar nada a cambio. ¿Te imaginas cuánto de esto aprendí hoy? Nunca antes lo había hecho y cuando llegamos al lugar un señor que no vestía mal (en comparación con los niños de la calle) y que se veía completamente sano y limpio pidió comida, le dije: "primero los niños" y se ofendió armó un alboroto, me acerqué y me dijo cosas duras a lo que sinceramente respondí: "yo veo en usted un ser fuerte, completo, sano por ello le pedí que primero los otros, usted no debería estar aquí, ¡tiene todo para salir adelante!"; hice juicios (por su imagen) anticipándome a toda posibilidad pues detrás de este hombre hay una historia del por qué decidió estar en la calle y me desvíe del objetivo de sólo DAR... para juntar el dinero vendí piedras (mis piedras que he recolectado en cada rodada a la que salgo) y fue otra enseñanza: la gente es amorosa y aún quiere confiar a entregar algo a los demás aunque de manera indirecta y bueno, esto me ha movido de una manera que hasta me siento agotada, descubrí el egoísmo que vive en mí seguiré haciendo estas cosas para enriquecerme y entregarme a todo lo que hago en mi vida con humildad, sin juicios y suposiciones y sin esperar nada a cambio.
