16 abril 2007

Lo que termina por suceder…


La fuerza de las masas es un tema más que conocido en las sociedades y me queda más que claro ahora que circulaba por Avenida Té justo enfrente de la UPIICSA, mi “alma mater”, donde pasé mis 4 añotes de carrera profesional. Recuerdo muy bien que desde que iba a la primaria en la colonia Ramos Millán al esperar mi transporte sobre dicha avenida, soñaba que algún día estaría yo pisando sus aulas, en esas estaba -en mi ensoñación- cuando ¡zas! un auto se estampó a un costado de la puerta principal… en más de un accidente fui espectadora. Luego, al cabo de los años, ya estaba yo en las listas del control escolar cuando las autoridades decidieron poner un puente peatonal, dada la peligrosidad de la avenida. Los perros y algún prevenido eran los que usaban el puente (yo de vez en vez he de confesar); hubo un atropellado –alumno de la unidad- y el puente seguía sin uso. Ahora, después de casi 7 años de haber egresado veo que la única solución viable fue poner un semáforo para permitir el cruce de peatones de manera “más segura” y el puente fue recorrido 40 mts. adelante, para que lo sigan usando los perros y algún precavido, insisto… la fuerza de las masas determinan los destinos de las avenidas conflictivas como esta.

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